Algunas reflexiones íntimas



La noche del día que escribí la última entrada en este post, llegaba de tomarme unas cervezas con un mujer a la que deseé por bastante tiempo. Poco después acepté el hecho de que el interés no era mutuo y que debía avanzar. Esa misma noche hice un informe para Ricardo Abello, sentí una gran nostalgia leyendo varios de los documentos de los que él me había proporcionado para ese informe y también descargué mi ira por la nostalgia de un amigo perdido. Esa misma noche me dí cuenta de que acababa de restarle un día completo a mi estudio del Derecho Administrativo, lo cual eventualmente trajo sus adversas consecuencias. 

También esa noche entre mis tweets, empecé a sentir un gran cariño por una mujer que eventualmente se convertiría en mi novia. Estaba a pocas semanas de viajar a los Estados Unidos con quien fuera mi novia en la época y quien había sido mi compañera incondicional desde hacía mucho tiempo. Sin embargo, como si se tratara de la historia de Harold Crick ahora veo todo en perspectiva y casi puedo escuchar la voz de Emma Thompson diciendo estas palabras, con su suave y adorable acento británico: "little did he know that this simple, seemingly innocuous act would result in his imminent death".

Aquel viaje a los Estados Unidos, el último de aquellos al menos en algún tiempo, era un evento de cierre, un cataclismo que tal vez sigo viviendo pero en el que la vida de muchos ha tomado rumbos diferentes. Algunos muy cerca de mí otros un poco más lejos. Otros que no dieron la talla. A todos se les quiere y a algunos muy especiales se les extraña más que al resto y es porque en todo caso, el giro de 180° que está dando mi vida, que en algunos casos requirió la distancia de quienes eran un obstáculo en mis legítimas ambiciones o la mía de aquellos para quienes yo era un obstáculo en las suyas, requiere que no distraiga más mi mente en los inmediatistas impulsos de una juventud que aunque sigue ahí entre mis manos, ya me ha ensañado que lleva años escapándose por entre mis dedos.  

Esa sensación de transición me ha hecho plantearme algunas cuestiones como por ejemplo que el sentido ético y crítico de las propias acciones además de existir, no puede dejar pasar inadvertidos la multiplicidad de intereses que nos circundan y las personas que en virtud de los mismos muchas veces nos ven solo como instrumentos. 

Así mismo, he llegado a la conclusión de que el acto de compartirse con los demás no puede ser un acto sin reservas, sino que por el contrario, debe ser administrado como un privilegio al que solo quienes realmente son capaces de querernos y entendernos pueden acceder. Aprender a administrar la intimidad para lograr un perfil común, resulta fácil de confundir con el abandono de las ambiciones propias. Y sin embargo no abandonar las ambiciones propias requiere también un aprendizaje de cómo seleccionar las ambiciones útiles en pro de la auto preservación. Generalmente la vanidad se interpone entre nosotros y nuestras más preciadas metas haciéndonos creer que el prestigio, el reconocimiento y la popularidad son apenas medios para alcanzar nuestros propósitos, cuando en realidad son prisiones invisibles que muy pocos han logrado superar. 

Las cuestiones de la planeación, la disciplina y la voluntad resultan también centrales. He visto que es posible hacer las cosas pero solo si se tiene una enorme disciplina compañera inescindible de la voluntad y que cuando se acompañan de visión de corto, mediano y largo plazo se logran resultados magníficos, como el que alcancé el pasado 24 de octubre después de 4 intentos fallidos. 

Finalmente aprendí que hay veces que es mejor asumir las cosas no importa cuánto pesar nos puedan producir, porque no asumirlas puede ocasionar graves daños a las personas que realmente queremos y terminarán pensando que no nos importan, cuando la realidad es precisamente la opuesta. 

No pretendo dar lecciones de ética ni nada por el estilo, pero debo confesar que estas cuestiones que incluso para mí resultaban de perogrullo han adquirido importancia práctica inusitada. Es aquí y ahora, cuando he sido compelido a asumir las riendas de mi futuro para no volverlo uno lamentable, que decidí compartirles algunos de mis pensamientos tal vez en uno de mis últimos actos de vanidad o en uno de simple comunicación. En todo caso muchas gracias a las personas que me han ayudado a ver todas estas cosas.

Feliz domingo.





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